Ahora que están de moda los "cintillos" en muchos programas de televisión -esas franjas negras en la parte inferior de nuestras pantallas con textos en movimiento que se mandan por celulares- hay quienes aprovechan para mandar mensajes de cariño a sus parejas. Otros buscan novios o novias y dejan sus números de teléfono. Heterosexuales y homosexuales "activos" y "pasivos". Hay quienes disimulan y dicen "buscar amigos o amigas", y hay quienes piden directamente sexo.
He visto estos cintillos hasta en noticieros. Son una plaga. Las dulzonas muestras de cariño pueden hacerse en privado y en forma directa, preferiblemente en persona. Aunque hay quienes no tienen el valor suficiente para hacerlo. Y en cuanto los que buscan novio o novia por estos medios, resultan patéticos. La mejor forma de conseguir un compañero o compañera romántica es conociendo gente en el mundo real, no en los chats o cintillos. Pero de nuevo, hay quienes no tienen el valor para hacerlo. Para las mujeres es más fácil, solo tienen que ser bellas y vestir bonito y al instante aparecerán zopilotes revoloteando. Para los varones es un poco más difícil, necesitan mostrar más iniciativa. Pero hay hombres que ni siquiera tienen el valor de abordar mujeres que no conocen, tienen que esperar que alguien de su círculo social se las presente.
Parece que estamos criando una generación de hombres tímidos.
Esto es una consecuencia directa del individualismo capitalista. La competencia en diferentes niveles: académico, empresarial, de estatus, etc. produce hostilidad y nos divide. Las instituciones académicas desde la escuela hasta la universidad están más interesadas en proveer empleados dóciles para ser utilizados por el capital que en proveer una formación humanística. No se nos enseña a relacionarnos los unos con los otros, no se busca desarrollar nuestras habilidades sociales.
Al capital le conviene mantenernos divididos. La prueba está en que las asociaciones de empresarios (burgueses) no se pronuncian sobre el tema de la educación deshumanizante. Aunque en cierta manera les perjudica tener una mano de obra socialmente inepta, prefieren tomar precauciones contra la lucha de clases: no quieren enfrentarse con unos trabajadores unidos.
He visto estos cintillos hasta en noticieros. Son una plaga. Las dulzonas muestras de cariño pueden hacerse en privado y en forma directa, preferiblemente en persona. Aunque hay quienes no tienen el valor suficiente para hacerlo. Y en cuanto los que buscan novio o novia por estos medios, resultan patéticos. La mejor forma de conseguir un compañero o compañera romántica es conociendo gente en el mundo real, no en los chats o cintillos. Pero de nuevo, hay quienes no tienen el valor para hacerlo. Para las mujeres es más fácil, solo tienen que ser bellas y vestir bonito y al instante aparecerán zopilotes revoloteando. Para los varones es un poco más difícil, necesitan mostrar más iniciativa. Pero hay hombres que ni siquiera tienen el valor de abordar mujeres que no conocen, tienen que esperar que alguien de su círculo social se las presente.
Parece que estamos criando una generación de hombres tímidos.
Esto es una consecuencia directa del individualismo capitalista. La competencia en diferentes niveles: académico, empresarial, de estatus, etc. produce hostilidad y nos divide. Las instituciones académicas desde la escuela hasta la universidad están más interesadas en proveer empleados dóciles para ser utilizados por el capital que en proveer una formación humanística. No se nos enseña a relacionarnos los unos con los otros, no se busca desarrollar nuestras habilidades sociales.
Al capital le conviene mantenernos divididos. La prueba está en que las asociaciones de empresarios (burgueses) no se pronuncian sobre el tema de la educación deshumanizante. Aunque en cierta manera les perjudica tener una mano de obra socialmente inepta, prefieren tomar precauciones contra la lucha de clases: no quieren enfrentarse con unos trabajadores unidos.
Comentarios
Dices:
“La competencia en diferentes niveles: académico, empresarial, de estatus, etc. produce hostilidad y nos divide. Las instituciones académicas desde la escuela hasta la universidad están más interesadas en proveer empleados dóciles para ser utilizados por el capital que en proveer una formación humanística. No se nos enseña a relacionarnos los unos con los otros, no se busca desarrollar nuestras habilidades sociales.”
Formación humanística existe en muchas instituciones académicas, pero no es responsabilidad absoluta de las mismas, sino que también es deber y derecho de los padres decidir qué y como formar al hijo. El desarrollo de un niño dentro su familia determina en gran medida su capacidad y confianza para relacionarse con otros y forjar nuevas alianzas.
Una de las competencias laborales que más buscan los empresarios en un empleado es su habilidad para crear buenas relaciones interpersonales, tanto dentro como fuera de la empresa. Cosa que exige, sin lugar a dudas, mejorar las destrezas sociales, no creo que pretendan minimizarlas. Lo que desean es inhibir la iniciativa sindical, anularla, iniciativa que casi siempre recae en los menos competitivos.
Es verdad que algunos empresarios intentan debilitar todo ímpetu obrero, eso lo vemos en la reducción del número de sindicatos. Pero claro, hay que ver lo que hacen los líderes sindicales en este país para convencerse de que no se diferencian en mucho de sus avorazados patronos. No juegan papeles patrióticos, ni igualitarios, sólo velan por sus intereses como colectivo, aunque para eso tengan que perjudicar al resto de sus semejantes (pueblo) con tantas huelgas y paros. Como ves, la colectividad también hace sus daños.
No creo tampoco que exista la supuesta docilidad del empleado-por mucho que quieran inculcarla en algunos lugares-, lo que sucede es que éste se ve obligado a aceptar condiciones laborales poco favorables debido a la falta de oportunidades de empleo. Ahora bien, sin lugar a dudas una sociedad altamente competitiva tiende a crear una sobrevalorización del trabajo. El humano común puede, por un lado, someter su destino a un patrono en particular o, en otro contexto, ser peón de un estado poco benevolente y casi siempre injusto. En cualquier caso, el hombre es un instrumento, no es el fin. Hay mucho por hacer.
Saludos.
La familia tiene su contexto social, por eso no es el factor explicativo de la conducta de un niño y su desarrollo.
No dije que los empleadores no busquen personas con habilidades sociales, pero les interesa más tener empleados manejables. Y el proceso de escolarización cumple ese objetivo.
Los sindicatos han fallado en su misión revolucionaria. La lucha de clases no se reduce a la lucha sindical, sino que incluye la creación de redes sociales alternativas.
Los trabajadores también buscan maximizar su utilidad: ganar más y trabajar menos; al igual que los burgueses que buscan tener un mayor retorno de su inversión. Pero existe una doble moral burguesa que insiste que los trabajadores son los que deben sacrificarse. No se concluye por eso que un sistema económico basado en el egoísmo y la competencia haya fracasado.
Las huelgas y paros son una manera legítima de hacer reclamos económicos, no perjudican al resto de la sociedad, sino al contrario, la ayudan. Los efectos de la concentración de poder económico son por el contrario nefastos y pueden provocar crisis sistémicas.
Tampoco creo que haya que escoger necesariamente entre neoliberalismo y estatismo. También está la alternativa de la autogestión y colaboración entre grupos y movimientos sociales.
Considero que lo es, de otro modo no podríamos explicar las diferencias individuales entre los seres humanos, ni de grupos específicos, ni determinar por qué tal o cual individuo tiende a actuar de determinada forma mientras otros lo hacen de otra muy distinta, y todo siempre dentro de una misma sociedad, con valores, costumbres y principios muy parecidos, pero no iguales. Por tanto, la familia donde crece el niño influirá, en primera instancia, en el desarrollo de su personalidad, de pensar y, desde luego, en su conducta; porque ésta depende del estilo de crianza, y cuando me refiero a estilo de crianza, no es precisamente al contenido cultural inculcado, sino a la forma de inculcarlo. A parte de lo genético, claro.
“Las huelgas y paros son una manera legítima de hacer reclamos económicos, no perjudican al resto de la sociedad, sino al contrario, la ayudan.”
Eso es lo que supuestamente se espera Ardegas, pero vamos a nuestra cruda realidad. Las huelgas y los paros son instrumentos de presión, el estilo de presión que emplean algunos gremios en este país consiste en sacrificar los derechos del resto de la ciudadanía para que el estado les cumpla los propios. Algunos empleados públicos presionan y presiona hasta conseguir lo que quiere, no importando a quien se lleven de encuentro, o quien tenga que morir. Esto, al final, les da muy mala imagen ante el resto de la ciudadanía que paga, con sus impuestos, los salarios de estas personas, mientras los gobiernos aprovechan esto para quedar como “héroes y defensores” de los intereses de las mayorías, según ellos. Espero que encuentren otras tácticas dentro del derecho legítimo que poseen para reclamar lo suyo.
Desde luego que existen alternativas a parte del Neoliberalismo y la estatista, por eso leo blogs ilustrativos como el tuyo y otros que te llevan contraria, para obtener mayor conocimiento, ir analizando los diferentes puntos de vista y así, al menos, comprender este mundo.
Saludos.